Esta es mi historia:
La escasez, mi compañera de vida: Una historia de deudas y resiliencia
La escasez fue mi compañera de vida desde pequeña. Crecí en una casa donde el dinero era un silencio elocuente, una presencia que se sentía en cada rincón. Cuando terminé el bachillerato, mientras otros soñaban con su futuro, yo me puse a trabajar para pagarme los estudios y ayudar en casa. Era mi normalidad, lo que creía que me tocaba vivir.
Hubo un momento crucial que marcó un antes y un después: la decisión de avalar un crédito para ayudar en una reforma familiar. Esta decisión, tomada con la mejor intención, se tornó en una pesada carga cuando las cuotas dejaron de pagarse. Las consecuencias no se hicieron esperar, y llegó el día en que una parte de mi salario comenzó a ser embargada para cubrir esa deuda.
Fue un golpe amargo. Esa retención en la nómina era un recordatorio constante de que la confianza, por sí sola, no basta en asuntos financieros. Aquel embargo no solo sustraía recursos económicos; era una lección dolorosa sobre los riesgos, la responsabilidad y el alto precio que a veces se paga por ayudar sin las debidas garantías.
El dinero llegó, se fue… y nos dejó la
lección más valiosa
Creí que un buen sueldo como el que tenía siendo comercial, acabaría con mis problemas, pero el dinero llegaba y se iba como agua entre mis manos. Hasta que un día, el banco nos devolvió 20.000 euros por un seguro vinculado a la hipoteca que no era muy transparente y durante un año vivimos bajo el lema «a vivir que son dos días». Compramos camas nuevas, pagamos algunas pequeñas deudas y disfrutamos como nunca… hasta que un día despertamos con la cuenta vacía… El estrés y la ansiedad volvieron a consumirme, las noches en vela me destrozaban. Ahí tomé la decisión más importante: si no hacíamos algo, nadie lo haría por nosotros. Así que contratamos una coach financiera y todo cambió. Cancelamos la tarjeta de crédito, creamos un fondo de emergencia, y por primera vez sentí que el dinero no me controlaba a mí, sino yo a él. Fue un aprendizaje que llegó tarde, pero que transformó mi vida.
De víctima de las deudas a Coach
financiera: Porque el dinero nunca debería controlar tu vida
A día de hoy, esa niña que creció con unos valores económicos tan escasos, se ha convertido en Coach Financiera para poder ayudar a muchas familias que están pasando por una situación complicada o que simplemente quieren hacer las cosas bien.
Porque sé lo que es ahogarse en deudas y sentir que el dinero controla tu vida. Pero también sé que eso se puede cambiar.
Y si yo pude, vosotros también.